El huerto en julio
El huerto en julio, mes de enérgica actividad en nuestro huerto. Todo está por hacer, aunque lo hayamos hecho la semana anterior, siempre nos quedará algo por mejorar, rehacer o tardíamente empezar a hacerlo.
Nuestras plantas crecen rápido con tanta luz y calor, pero también lo hacen las malas hierbas que nos desafían creciendo en aquellos lugares donde supuestamente las habíamos quitado hace sólo unos pocos días.
Continuamos con los cultivos de verano y podemos comenzar con aquellos que recogeremos en otoño e invierno.
Verificamos que los tutores de tomates, pimientos y pepinos estén asentados correctamente y comprobamos si hay necesidad de realizar nuevas ataduras a estas plantas.
Tomates y judías con sus tutores.
Los tomates nos tienen entretenidos vigilando que no nazcan nuevos brotes que deberemos quitar o desnietar para guiar el correcto crecimiento de la planta.
Aún estamos a tiempo, si no lo hemos hecho ya, de sembrar judías en la primera quincena del mes aunque lo ideal sería centrarnos en sembrar aquellas hortalizas que vayamos a recoger en invierno como las berzas, puerros, coles, lechugas, etc.y transplantar coles, lechugas y endibias.
Al igual que pasa con nuestro jardín, si no tenemos sistema de riego automático tenemos que estar atentos a regar con una frecuencia diaria o cada dos días intentando no mojar las hojas, flores y frutos dejando correr el agua por la tierra y evitando así numerosas enfermedades de las plantas que surgen con la asociación del calor y la humedad.
En cuanto a las aromáticas, aquellas que tengan flor las podamos para darles nuevo vigor y a la hora de regarlas también intentamos no mojar su follaje.
Si tenemos acolchado, lo renovamos para mantener el frescor del suelo.
Las plantas de calabazas crecen mucho y requieren de bastante espacio para extenderse.
Es un mes en el que cada planta da una cosecha abundante, calabacines, calabazas, pimientos, tomates y pepinos es mejor recogerlos tiernos y frescos y no dejar que maduren en exceso en la planta ya que sus semillas se hacen grandes como en el caso de los calabacines y pepinos y también pierden propiedades. Los azúcares de ciertas hortalizas se transforman en almidón con la maduración. Además estos frutos que maduran en exceso sin ser recogidos, les quitan muchos recursos a las plantas.
Si no nos da tiempo a consumir todo lo que recolectamos o bien estamos cansados de repetir menú, o si ya no nos queda familia, amigos o vecinos a quienes poder regalarles nuestras hortalizas, entonces podemos pensar en trocearlas y congelarlas. Calabacines, judías, pimientos, calabazas, berenjenas, etc. se prestan para ello y nos pueden venir muy bien en otro momento de escasez de productos de la huerta.
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